Frigoríficos baratos

Cuando analizamos los tipos de frigoríficos que hay en el mercado nos damos cuenta que hay varias clases: de 1 puerta, de 2 puertas, los frigoríficos combis, americanos, etc. 

• Los frigoríficos de 1 puerta: En este tipo de frigoríficos, su composición es de una sola puerta y todo él funciona como frigorífico, salvo algunos modelos de bajo encimera, que pueden disponer de un pequeño congelador en la parte superior.
• Los frigoríficos de 2 puertas: La disposición es de una sección de congelación en la parte superior y una sección de frigorífico en la parte inferior. La sección del congelador ocupa entre el 25% y 30% del total y la del frigorífico ocupa entre el 70% y 75% de total.
• Los frigoríficos combi: Son los frigoríficos más vendidos en España. Su disposición es de una sección de frigorífico en la parte superior y una sección de congelador en la parte inferior. La sección del frigorífico ocupa aproximadamente el 65% de la altura total y la sección del congelador el 35% del total. Son frigoríficos pensados para el ritmo de vida actual, dándole más capacidad a la sección de congelación en comparación a los frigoríficos de 2 puertas.
• Los frigoríficos americanos: Son frigoríficos que tienen el congelador y frigorífico en vertical y cada uno con su puerta. La sección vertical del frigorífico ocupa aproximadamente el 66% del total y la sección del congelador ocupa el 33% del total. Su ancho es de 90 cm.

Todos ellos se pueden encontrar con acabados en blanco, inox o integrados con los muebles de la cocina, lo que nos dará un toque personalizado y único.

El proceso por el cual un frigorífico enfría se basa en el llamado ciclo de Carnot (1824). Es un ciclo termodinámico que se produce cuando una máquina trabaja absorbiendo una cantidad de calor Q₁ de una fuente de mayor temperatura y cediendo una cantidad de calor Q₂ a la de menor temperatura produciendo un trabajo sobre el exterior.

Dejándonos de teoremas y pasando a la práctica para comprenderlo mejor, en el frigorífico hay un circuito cerrado con líquido refrigerante que un compresor hace que siempre esté circulando. Parte del circuito está en el interior en donde se evapora y absorbe el calor y otra parte del circuito está en el exterior que, a través del compresor, se convierte en líquido.

El líquido refrigerante llega al compresor en forma de gas, se comprime y esto hace que se caliente. Después pasa al condensador (serpentín exterior) donde se licua liberando calor hacia el aire. A continuación, pasa por el evaporador (serpentín interior) que, al disminuir la presión, el refrigerante se expande y se evapora, absorbiendo el calor del interior del frigorífico. Finalmente, el refrigerante sigue circulando para volver al compresor y comenzar un nuevo ciclo. Todo ello se complementa con un termostato que desconecta el funcionamiento cuando se llega a la temperatura previamente programada.

Sencillo ¿verdad? Pues a Sadi Carnot (1796-1832), padre de la termodinámica, le llevo varios años el reconocimiento de sus estudios.

Este es un punto importante si quieres que tus alimentos estén conservados de la mejor forma. La colocación adecuada de nuestros alimentos en el frigorífico es esencial ya que nos ayudará a tener los alimentos frescos durante más tiempo y nos previene de la formación y desarrollo de bacterias indeseables.

• Zona alta: es la menos fría del frigorífico. Se pondrán los alimentos que necesiten menos refrigeración. Es la zona ideal para los huevos, la repostería, pasteles, bizcochos, postres, pescado y carne ahumada y alimentos envasados.
• Zona intermedia: Aquí pondremos los alimentos que requieran menos frio o los que una vez abiertos deben conservarse en frio. Es la zona ideal para los derivados de la leche y los embutidos.
• Zona baja: Es la zona más fría del frigorífico. Ideal para pescados y carnes. Colócalos en recipientes cerrados o envueltos para evitar el derrame de sus jugos. También es el sitio adecuado para mermeladas, conservas, yogures y cremas.
• Cajones inferiores: Ideales para conservar las verduras y frutas. Debes sacarlas de sus bolsas para evitar humedades. Actualmente existen los llamados cajones 0º que mantienen su interior a una temperatura cercana a los 0º conservando los alimentos durante más tiempo.
• Puerta: es una zona poco fría. En sus estanterías superiores pondremos las mantequillas, en el centro las salsas, los huevos y en la parte inferior las bebidas, zumos, leche y agua.

Otras cuestiones a tener en cuenta: Pon los alimentos más antiguos delante de los nuevos y en el caso de frigoríficos NO FROST, envuelve los alimentos o ponlos en los cajones si quieres evitar su sequedad.

La altura suele oscilar entre los 85 y 90 centímetros y su fondo estará entre los 60 y 75 centímetros. Donde realmente existe variación es en su ancho. Podemos encontrar los más pequeños con anchuras de 55 centímetros hasta los de mayor tamaño que rondan los 150 centímetros.

El líquido refrigerante puede que no esté estabilizado debido al transporte desde la tienda hasta tu hogar. Por tanto, es recomendable que una vez puesto en su sitio, esperar un mínimo de 1 o 2 horas antes de ponerlo en funcionamiento. De esta forma nos aseguraremos que el refrigerante se ha estabilizado por completo.

Aprovecha ese tiempo para leer el manual y familiarizarte con tu nuevo frigorífico.

No se puede precisar con certeza el tiempo que necesita un frigorífico en enfriarse a la temperatura adecuada. Todo depende de varios factores: La temperatura exterior, la humedad en el ambiente, su ubicación dentro de la cocina, las fuentes de calor próximas, etc.

En cualquier caso, necesitará varias horas para llegar a la temperatura adecuada. Planifica el tiempo por la noche, de forma que al levantarte por la mañana ya lo tengas a la temperatura adecuada. Mientras tanto, evita abrir sus puertas para acelerar el tiempo necesario.

La eficiencia energética de los frigoríficos viene determinada por las clases de eficiencias energéticas e indicado en el etiquetado energético de los aparatos de refrigeración domésticos, según Reglamento delegado de la Unión Europea.

Se toma como referencia base la clase de eficiencia menos eficiente y el resto de clases de eficiencia indican el porcentaje respecto a aquella. 

Estas clases de eficiencias energéticas se determinan según un Índice de Eficiencia Energética (IEE).

El vatio (W) o kilovatio (kW) es la unidad que se utiliza para medir la potencia eléctrica necesaria para que un electrodoméstico pueda funcionar. 

Si tomamos como referencia un frigorífico combi NO FROST de entre 185 cm y 200 cm de altura, la potencia eléctrica necesaria oscila entre un mínimo de 100W y un máximo de 200W. Esta cantidad de potencia que necesita un frigorífico se ha reducido en los últimos años gracias a unos compresores más eficientes y por la incorporación de iluminación interior mediante Leds.

Esta potencia se ve incrementada cuando nos referimos ha frigoríficos americanos, en los que la potencia eléctrica necesaria puede llegar a los 375W.

El consumo anual de un frigorífico viene expresado en kilovatio hora (kWh) anuales y es la unidad que expresa la relación entre energía y tiempo, en este caso anual. Esta medida es la que se utiliza para saber el consumo de energía en kilovatios por hora y que utiliza el sector energético para facturar a los usuarios su gasto de luz. 

Si tomamos como referencia un frigorífico combi NO FROST de una altura entre 185 cm y 200 cm, puede tener un consumo eléctrico que oscila entre los 170 kWh/anules y los 375 kWh/anuales. El consumo anual determinará a que Clase de Eficiencia Energética corresponde.

Aunque el precio de la luz es variable en función de la compañía, tipo de tarifa, tipo de mercado (regulado o libre), etc. podemos saber con alguna aproximación el ahorro anual entre las diferentes Clases de Eficiencia Energética.

La potencia de un frigorífico es la cantidad de energía que necesita para funcionar y se expresa en vatios (W).

En términos generales, un frigorífico estándar necesita entre 100W y 200W de potencia para funcionar adecuadamente.

¿Mucho o poco? Pues si lo comparamos con una bombilla de incandescencia de 60W, vemos que es poco, pero recuerda... el frigorífico esta cíclicamente en marcha las 24 horas del día y todos los días del año lo que, a efectos de gasto, es mucho.

La potencia de un frigorífico doméstico oscila entre los 100W y los 200W, por tanto, la instalación eléctrica no requiere de unas características eléctricas especiales para tu frigorífico.

Actualmente los electrodomésticos de alta potencia (p.e. placas de inducción y hornos) se conectan a una línea eléctrica y el resto de electrodomésticos de la cocina a otra línea. Pero si la línea que abastece tu cocina, además de conectar el frigorífico también conectas tu horno y placa, dimensiona adecuadamente el diámetro de la línea para que no se sobrecaliente.

Piensa que la potencia conjunta de horno y placa puede llegar a sobrepasar los 10.000W.

Si quieres que todos tus alimentos se conserven bien es importante saber la temperatura adecuada del frigorífico y del congelador. La selección correcta de la temperatura y con algún consejo que a continuación te indicaremos, podrás hacer que tus alimentos se conserven con las máximas garantías y, a la vez, se reduzca el consumo de energía.

• Si tu frigorífico es actual, la regulación se realiza mediante un display en el que puedes indicar los grados de temperatura exactos para el frigorífico y para el congelador.
• Si tu frigorífico es antiguo, la regulación se realiza mediante una rueda que se encuentra en el interior del frigorífico y del congelador. Lo recomendable es situarla en la mitad para un uso y condiciones normales.

Te ayudará bastante distribuir los alimentos adecuadamente para que cada uno de ellos tenga la temperatura de conservación adecuada. Para ello te recomendamos que leas el apartado "Cómo guardar los alimentos en el frigorífico".

La temperatura ideal de un frigorífico es de 4ºC, pudiéndose ajustar entre los 2ºC y los 8ºC en función de lo lleno o vacío que esté de comida.

Cuando llenas por completo el frigorífico:

• Es conveniente activar la función de súper refrigeración. Con esta función el frigorífico enfría mas durante varias horas para después volver automáticamente a la temperatura programada anteriormente.
• Otra forma de realizarlo es ajustar la temperatura por debajo de los 4ºC durante las horas previas a su total llenado. Al llenarlo, la temperatura subirá y no tendremos tanta la pérdida de frio. 

Existen otros factores que aconsejen variar esos valores, como pueden ser la zona climática de tu hogar, la temperatura de la casa, etc.

Como hemos indicado anteriormente, la temperatura normal de un frigorífico oscila entre los 2ºC y los 8ºC, siendo 4ºC la temperatura de trabajo aconsejada.

En el verano y con el calor, tendemos a poner más comida y abrimos más veces nuestro frigorífico en busca de algo frio. Ambas cosas contribuyen a que nuestro frigorífico no esté todo lo frio que debería. Tenlo en cuenta y evita sobrecargarlo y abrirlo muy a menudo.

La temperatura ideal de un frigorífico en verano no debe ser superior a los 5ºC ni inferior a los 0ºC, así evitaras la congelación de los alimentos o que se estropeen antes de tiempo. Si la temperatura normal del frigorífico es de unos 4ºC, en verano puedes bajarlo a los 3ªC, pero controla si los alimentos se congelan, en cuyo caso deberás subirlo nuevamente a los 4ªC.

La temperatura de un frigorífico combi puede regularse entre los 3ªC y los 7-8ºC, siendo la temperatura adecuada cercana a los 4ºC.

Puedes establecer valores inferiores a los 4ºC antes de su carga para compensar la entrada de alimentos a temperatura ambiente o en verano, para compensar la apertura de la puerta más veces de lo normal. 

La temperatura de un congelador puede regularse entre los -15ºC y los -24ºC.

La temperatura ideal del congelador es de -18ºC ya que es la más óptima para conservar todo tipo de alimentos, sobre todo pescados y carnes, sin que se pierdan sus propiedades durante más tiempo y previene la generación de bacterias no deseadas para nuestra salud.

Si en el congelador vas a poner sólo un tipo de alimento, ten en cuenta estas observaciones:

• Alimentos con alto grado de azúcar: Una temperatura de unos -12ºC es suficiente. Es la temperatura ideal para los helados.
  
  
• Pescado: debe congelarse a unos -20ºC durante las primeras 24 horas para eliminar el parásito anisakis, sobre todo la merluza y el bonito.

La limpieza de tu frigorífico es importante para tener una conservación adecuada de tus alimentos, evitar malos olores y prevenir la aparición de bacterias indeseadas para nuestra salud.

En el interior del frigorífico se van acumulando minúsculos residuos de comida, a veces no visibles a simple vista. Por ello es necesario limpiarlo en profundidad al menos cada tres meses. Y semanalmente es recomendable realizar una limpieza de paredes y bandejas con un producto especifico o un limpiador natural (vinagre o limón).

Limpieza semanal:

Ten preparado un recipiente con agua templada y el producto adecuado de limpieza, un paño de algodón o bayeta sintética absorbente y otro paño para el secado.

Realiza la limpieza rápidamente para evitar que los alimentos rompan su cadena de frio y que el frigorífico eleve su temperatura de forma excesiva. Hazlo por sectores comenzando por la parte superior y terminando por la parte inferior sin necesidad de sacar las bandejas, salvo que tengan mucha suciedad incrustada. Limpia paredes y bandejas usando el paño de algodón o bayeta, sécalo con el otro paño y vuelve a llenar esa parte del frigorífico con sus alimentos.

Retira el cajón inferior, vacíalo y limpia su interior y exterior. Sécalo con un paño, llénalo con sus alimentos y ponlo nuevamente en el interior del frigorífico. Repite la operación para cada cajón que tengas, siempre por separado.

Para los cajones del congelador, sácalos por separado, vacíalos, elimina los restos de comida y el exceso de hielo, límpialos y sécalos. Llénalos nuevamente con la comida congelada y ponlo en el interior del frigorífico. Repítelo para cada uno de los cajones del congelador.

Limpieza en profundidad cada 3 meses:

Es aconsejable realizarlo cuando tenga la menor cantidad de alimentos almacenados. Prepara un recipiente con agua caliente y el producto adecuado de limpieza, a ser posible con desinfectante, un paño de algodón o bayeta absorbente y varios paños para el secado.

Desenchufa el frigorífico y pon unos paños absorbentes en el suelo para el agua que caiga de la descongelación. Si introduces un cazo con agua caliente en el congelador acelerarás la descongelación. Para eliminar el hielo incrustado del congelador, usa una rasqueta no punzante. Ayúdate de bayetas para absorber el agua del deshielo.

Saca todos los alimentos, bandejas y cajones, tanto del frigorífico como del congelador para que te sea más fácil y realiza la limpieza de arriba hacia abajo.

Primero limpia todo el interior del frigorífico y sécalo. Con el tiempo transcurrido, el hielo del congelador se habrá derretido y podrás limpiarlo una vez hayas terminado con el frigorífico. Sécalo bien para evitar la aparición de hielo al ponerlo nuevamente en marcha.

Retira el frigorífico y límpialo exteriormente usando una mezcla de agua con detergente no corrosivo o vinagre. Elimina cualquier resto de suciedad o grasa. Aprovecha para eliminar el polvo de la parte trasera y limpiar la bandeja de drenaje. Pasa la fregona por el suelo y vuelve a ponerlo en su hueco.

Limpia las juntas de las puertas, pues es el sitio donde más suciedad se acumula. Si tienen moho puedes usar lejía disuelta en agua y usa un cepillo dental para llegar a las juntas y rincones difíciles.

Las partes extraíbles del frigorífico (bandejas, baldas y cajones) las lavas en el fregadero con un estropajo suave que no ralle, agua cliente y jabón. Puedes usar quita grasas para la suciedad muy incrustada. Escúrrelos y una vez secos los puedes poner en su sitio.

Ya puedes llenarlo con tus alimentos. Aprovecha para tirar todo lo que no necesites o que esté caducado. 

Aunque limpiar el frigorífico con bicarbonato es una solución casera, nos ayudará de forma efectiva.

El bicarbonato de sodio es una sustancia que nos ayudará a limpiar y desodorizar a profundidad. Es una forma efectiva de prevenir los malos olores en el frigorífico.

Su preparación es muy sencilla: en 1/2 litro de agua tibia diluye 3 cucharadas de bicarbonato de sodio (unos 30g).

Empaparemos una esponja con la disolución y frotaremos las paredes y compartiremos del frigorífico. Dejaremos que actúe durante 5-10 minutos y pasaremos un paño absorbente.

Es conveniente que lo realices en la limpieza semanal de tu frigorífico.

Hay varias formas de quitar el mal olor de tu frigorífico. Primero te diremos algunos remedios caseros:

• Un vaso de café molido. El café tiene propiedades absorbentes.
• Bicarbonato sódico en un vaso.
• Medio limón. Puedes pinchar varios clavos aromáticos en la pulpa para ser más efectivo.
• Un trozo de carbón vegetal. El carbón vegetal es muy efectivo para absorber los malos olores.
• Usa recipientes de vidrio o plástico para alimentos que desprendan olores fuertes (pescado, cebollas, ajos, quesos, ...).

El mal olor también puede venir del orificio de drenaje que está en la parte trasera de tu frigorífico. Límpialo con detergente ayudándote con algún bastoncillo de algodón.

Si el mal olor persiste, realiza una limpieza tal y como te hemos indicado en el apartado anterior.

Es recomendable limpiar nuestro frigorífico nuevo antes de su puesta en marcha. De esta forma quedará totalmente desinfectado y eliminaremos el olor a nuevo que puede parecerte no apropiado.

Dale una buena pasada por su interior con una bayeta empapada con agua tibia y jabón. Acláralo con agua. Repasa las juntas de las puertas y limpia el exterior con un paño húmedo.

Para la limpieza de un frigorífico de acero inoxidable, utiliza un paño de microfibra humedecido con agua tibia y sécalo con papel siempre en la misma dirección para no dejar marcas.

También puedes utilizar un detergente suave o neutro y secarlo con una toalla de papel.

Puedes completarlo añadiendo un abrillantador para el acero inoxidable que te hará recuperar el brillo y la eliminación de las huellas. 

Es uno de los problemas más comunes que nos podemos encontrar en un frigorífico y normalmente tiene fácil solución.

El motivo más habitual por el cual un frigorífico pierde agua es porque el tubo de drenaje esta obstruido. Es un tubo que esta en la parte trasera del frigorífico y que va hasta la bandeja de evaporación. Con frecuencia algún resto de comida bloquea este agujero.

Intenta limpiar el conducto con un poco de agua y bastoncillo con algodón, de los que se usa para la higiene de los oídos. Si la obstrucción es más profunda, intenta limpiar el conducto con un cable largo.

El hielo o la escarcha en el frigorífico es debido normalmente a que la puerta no cierra bien. Al no cerrar adecuadamente, el aire exterior que al juntarse con el frío de dentro forma condensación y esa condensación es la que acabará convertida en hielo.

Revisa y fíjate bien en las gomas. Límpialas de suciedad y resto de comidas. Al cerrar la puerta debe quedar pegada.

Haz la siguiente prueba: Coge un billete y déjalo entre el frigorífico y la puerta. Éste debe presentar resistencia para sacarlo, si no es así, las gomas deben reemplazarse.

Verifica que las gomas no estén sueltas, despegadas o incluso partidas. En tal caso, deberás sustituirlas.

Algunas pequeñas vibraciones pueden ocasionar ruidos molestos y que no son síntomas de avería.

Primero revisa que tu frigorífico esté bien nivelado en el suelo y que no roza con ningún mueble. Después revisa las bandejas interiores y comprueba que estén bien colocadas. Evita que las botellas estén muy pegadas.

El compresor del frigorífico también puede ser fuente de ruido ya que emite un zumbido que puede ser intenso cuando se conecta cada ciclo. También es normal escuchar ligeros golpes por la circulación del refrigerante por las tuberías.

Una mala colocación puede ser el motivo del ruido.

No hay una marca concreta que sea la mejor, pero podemos recomendar combinados de la marca Bosch, frigoríficos Balay, frigoríficos americanos LG o neveras Hyundai fabricantes de electrodomésticos de alta tecnología. Para ver el mejor frigorífico hemos de mirar su bajo consumo. Para ello en el caso de los frigoríficos combinados miraremos de clasificación energética B. En el caso de frigoríficos de 2 puertas miraremos de clasificación energética D. Y en el caso de frigoríficos de 1 puerta miraremos los de la clase energética C.

Frigoríficos hay de muchas clase, combinado, de 1 o 2 puertas americanos y además de medidas diferentes. Pero independientemente de las medidas podemos decir que los frigoríficos combinados clasificación energética B son los de menor consumo. Los frigoríficos de 1 puerta clasificación energética C son los más ahorradores de energía eléctrica. Y los frigoríficos de 2 puertas clasificación energética D serán los de más bajo consumo energético.

Tenemos que ver qué tipo de frigorífico vamos a comprar. Pero para poner un precio medio tendríamos que un frigorífico combinado lo podremos encontrar a partir de unos 400 euros y en función de su capacidad, clase energética y prestaciones oscilarán hasta los 1000 euros o más en el caso que queramos un frigorífico combinado de diseño Smeg por ejemplo.

Si buscamos un frigorífico de 1 puerta aquí también encontramos un abanico muy ancho en cuanto a medidas y acabados, pero por ejemplo un frigorífico table top o de hasta 85 centímetros tendrá un precio alrededor de los 200 euros. Y en el caso de un frigorífico de 1 puerta con altura de 185 centímetros, su precio superara normalmente los 500 euros.

En frigoríficos de 2 puertas también encontramos diferentes medidas. Y aquí un frigorífico de 2 puertas básico de altura 144 centímetros superara los 200 euros, y uno de más de 170 centímetros lo encontraremos a partir de los 400 euros.

Tenemos varios tipos de frigoríficos, los llamados frigoríficos combinados o combis que tienen la zona de frigorífico en la parte superior y la zona de congelador en la parte inferior. Frigoríficos de 1 puerta donde todo su interior es destinado sólo a zona de nevera. Frigoríficos de 2 puertas, los cuales tienen la zona de congelador en la parte superior y la zona de nevera en la parte inferior. Y por último los llamados frigoríficos americanos los cuales la disposición usual se divide en dos partes de arriba abajo, colocando la zona del congelador en la parte izquierda y la zona de nevera en la parte derecha.

Estas son los tipos básicos de frigoríficos, a partir de aquí hay de diferentes medidas, prestaciones y diseños.

No hay un precio determinado, puesto que cada nevera lleva una determinada cantidad de gas y su precio oscilara dependiendo de la cantidad y del tipo de gas, ya que con los años los frigoríficos han ido evolucionando a gases más ecológicos, menos contaminantes y eso hace que dependiendo del gas varié su precio. Pero en esta reparación hay que contar siempre por encima de los 120 euros.

Un consejo importante, es que antes de proceder a rellenar de gas una nevera averigüemos que no exista una fuga en el circuito, ya que el gas sólo se pierde por este motivo.